domingo, 24 de febrero de 2013

Alimentación durante el embarazo


La alimentación de la mujer embarazada tiene que ser lo más natural posible, eliminando de la dieta, en la medida de lo posible, los contaminantes (aditivos y pesticidas) como por ejemplo lavando verduras y frutas e intentando comer carnes y pescados frescos y alimentos sin envasar.


REQUERIMIENTOS NUTRICIONALES
Aumentan ligeramente las necesidades de calcio, hierro, proteínas, vitaminas D, A, K,
B1, B2, B6 y ácido fólico. Aunque generalmente no se requiere la suplementación con
complementos ya que una alimentación equilibrada, completa y variada es suficiente, salvo
casos especiales.

Energía
Las necesidades energéticas aumentan en 150 Kcal/día en el primer trimestre y 340
Kcal/día en el segundo y tercero.
En cuanto a la cantidad de alimento, existe el mito de que se debe comer “por dos”.
Esto no es verdad, incluso en ocasiones los suplementos son innecesarios. Muchas veces la
mujer embarazada requiere más cantidad de comida de lo normal, especialmente durante los
dos primeros trimestres. Hecho conocido como hiperfagia. Salvo, claro esta, la presencia de las
sensaciones de malestar propios del primer trimestre, que suele disminuir la ingesta de
alimentos por náuseas y vómitos.
Es importante controlar el aumento de peso. Si se aumenta demasiado de peso
durante la gestación, el bebé puede también presentar un peso elevado. Y esto no es
adecuado. El aumento de peso deberá oscilar entre los 12 y los 16 kg, aproximadamente, salvo
mujeres que comienzan el embarazo con sobrepeso donde la ganancia deberá ser de 7-11 kg.

Proteínas
Las proteínas se pueden obtener de las carnes rojas, blancas y del pescado. Se
requiere un aporte extra de 4,7 g/día (una ración más de carne o pescado) durante los últimos
dos trimestres del embarazo. Las proteínas son necesarias para el desarrollo del feto, de la
placenta, el aumento del volumen sanguíneo y el crecimiento de estructuras físicas como, por
ejemplo, el útero.

Vitaminas
La vitamina D se puede obtener del pescado azul y tomando el sol. Es necesaria para el metabolismo del calcio.
La vitamina A se puede obtener de las vísceras de animales, zanahoria, espinacas, perejil, atún, bonito, mantequilla, queso, yema de huevo, calabaza, brécol, etc. Su requerimiento se debe a que es necesaria para el desarrollo fetal, la formación del calostro y la síntesis de hormonas ligadas a la gestación.
El ácido fólico también es de crucial importancia, podemos obtenerlo de la levadura de cerveza, legumbres y cereales integrales y de las verduras de hoja verde. El ácido fólico garantiza el crecimiento del feto y la formación de la sangre. En caso contrario pueden darse malformaciones congénitas.
La vitamina K, pese a que no existen estudios concluyentes en cuanto a la necesidad de su complementación, se relaciona con los problemas hemorrágicos del feto y con la coagulación de la sangre.
La vitamina B1 (tiamina) puede obtenerse de los huevos, la levadura de cerveza, frutos secos, lentejas, carnes de cerdo o vaca, etc. Las necesidades de tiamina aumentan especialmente durante el tercer trimestre del embarazo.
Minerales
El calcio se puede obtener de la leche, quesos, yogurt, productos lácteos en general,
lentejas, brécol, algas, nabos, etc.
El hierro se puede obtener de sardinas, vísceras, levadura de cerveza, soja, germen
de trigo, huevos, almendras, remolacha, brécol, verduras de hoja verde, algas, etc. Las
necesidades de hierro durante el embarazo son de 0,9 mg/día durante el primer trimestre, 4,1
mg/día durante el segundo y 6,2 mg/día durante el tercero. Siempre que los depósitos de hierro
en la mujer al inicio del embarazo sean buenos, y mantenga una dieta equilibrada, no harán
falta suplementos ya que, durante este período, la capacidad de reabsorción de hierro por parte
del intestino aumenta un 40%. Es decir, se pierde menos hierro.




Dietas

Se hacen dietas personalizadas dependiendo del sexo, edad, altura y peso.